¿Quién de nosotros no tiene un celular, o quizá más de uno?, Chile es considerado el país con más equipos móviles en Latinoamérica, y si lo llevamos a números, de cada 100 personas, 65 tienen uno. Es decir un 65% de la población tiene celular, cosa que si lo comparamos con países mas desarrollados no estamos nada de lejos, Corea del Sur posee un 76%, Japón un 71 % y Estados Unidos un 62%, claro nuestros niveles de densidad poblacional no son tan altos como en estos países que nombramos, pero en nivel porcentual igual es una alta cantidad de equipos.
Si claramente sabemos que el nivel de adquisición en aparatos de comunicación móvil va en aumento, la pregunta del millón es ¿Como logramos hacer que exista una conectividad óptima para tantos equipos celulares? La respuesta hasta el momento ha sido una sola, llenando de antenas de telecomunicaciones nuestro país, sin preguntarle a nadie.
¿Has pensado porque al momento de hacerte una radiografía, la persona que toma esta imagen se cubre con un pesado traje de plomo? ¿O más aun, porque no puedes tomarte este examen si estás embarazada? ¿Porque si tienes un marcapasos, corres riesgo si te acercas a un microondas en funcionamiento? La respuesta es electromagnetismo, y los celulares también lo ocupan. La OMS tiene previsto para el 2012 hacer un informe final sobre el estudio realizado en más de 15 años sobre este tema, ya que pruebas han detectado que esta exposición a campos electromagnéticos han dado origen a gliomas, una especie de tumores malignos que se alojan en el cerebro. Y la formación de células cancerígenas en un largo plazo.
En agosto de este año salió a la luz pública un proyecto de ley que llenaría los vacios legales existentes en esta materia, los puntos que aborda son:
- Permite participación ciudadana en la toma de decisiones -Rol activo de los Municipios en la tramitación de los permisos.
-Compensación a la comunidad donde se instale la antena.
-Introducir el principio precautorio en materia de salud y radiación electromagnética -No establecer barreras de entrada a nuevos actores.
-Permitir la evolución tecnológica.
-Solucionar situaciones críticas de enjambres o bosques de antenas.
Para lo anterior se plantea un modelo que:
*Incentive la instalación de antenas pequeñas y el uso de espacios públicos. Que los vecinos puedan decidir el tipo de mimetización u obras de compensación.
*Incentive la instalación de antenas con bajo impacto urbanístico que respeten su entorno.
-Que los Ministerios de Salud y Medio Ambiente dicten los protocolos de radiaciones máximas, de acuerdo a los rangos internacionales y a las recomendaciones de la OMS.
-Con efecto retroactivo, no permita la aglomeración de antenas, entregando una solución razonable a las que ya existen.
-Compense a la comunidad cuando se trate de torres de más de 12 metros (obras equivalentes al 30% del valor de la torre soporte de antenas que se va a instalar).
-Permita que los vecinos que están en el perímetro de 2 veces la altura de la torre, puedan solicitar el revalúo fiscal de sus propiedades para el pago de sus contribuciones.
Creo que, si bien este proyecto viene para llenar grandes vacios legales como lo es traspasar autoridad a los municipios para que desde allí se encause la decisión de si es o no factible la instalación de una antena, este proyecto no ataca el núcleo del problema, que es la aceptación de la magnitud del daño que pueden producir estas antenas mediante estudios reales y por personas que realmente no posean un interés de por medio al momento de dictar un resultado final.
Alrededor del mundo, una serie de países que están dentro de la OCDE y otros que no, han desarrollado informes que avalan que la exposición a campos electromagnéticos, causan daños al medioambiente y a la salud del ser humano., los más conocidos son el Bioinitiative Report del año 2007 (http://www.bioinitiative.org/report/index.htm) y una declaración de 20 entes científicos especialistas en cáncer (dentro de los cuales se encuentra el Curie Institute) en la que avalan daños similares en el año 2008, además de la misma OMS.
"Yo no soportaría vivir al lado de una antena" fue lo que dijo Guillermo Pickering, Presidente de la Asociación Chilena de Telefonía Móvil A.G. el día 29 de Abril 2008 en una reunión de la Comisión de Obras Públicas, Transportes y Telecomunicaciones de la Cámara de Diputados de Chile.
Creo que es necesario, que los altos cargos gubernamentales aprovechen en su ánimo de jactancia de ser los únicos que le dieron importancia a este tema, y lo hagan de verdad, desarrollando informes de instituciones de confianza, no instituciones que son controladas directamente por el estado, ya que ellas trabajan para el estado, y por los intereses de quienes gobiernan. No podemos permitir que se canjee salud por dinero, que se canjee medio ambientalismo por dinero, que se canjee bienestar social por un bienestar empresarial.
Este articulo, es redactado debido a que en la comuna que yo vivo, mi tan querida comuna de La Pintana, han puesto una antena “camuflada” en el techo de una iglesia evangélica, claro con consentimiento de los feligreses al parecer. El pastor de dicha iglesia defiende la postura de esta, dando como amparo, que el alcohol y las drogas hacen más daño que una antena, ya vemos que al parecer no sabe lo que es adorar al prójimo a largo plazo, ¿en 10 años mas dirá lo mismo? Esto es lucrar con la salud de la ciudadanía, ya que las empresas que instalan o concesionan este tipo de antenas, pagan alrededor de $ 1,000,000 mensuales por instalar uno de estos aparatos electromagnéticos.
Si ud. quiere ver dicha antena acérquese a la calle Porto Alegre, a la altura del 12690 y sea usted mismo testigo de la magnitud de dicha antena.
Fuentes:
1- http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs193/es/index.html
2- http://www.bioinitiative.org/freeaccess/report/index.htm
3- http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs304/es/index.html
